Espero que os guste la idea siguiente:
Además de seguir colgando información básica sobre las terapias y los remedios naturales, iré compartiendo con vosotros algunos de los casos reales. Os explicaré lo que le pasa a la persona que acude a mi consulta y os explicaré en grande lineas el desarrollo de las sesiones.
¡¡¡Por supuesto siempre conservando la confidencialidad de mis clientes!!!
Para empezar con mis casos reales, os quiero hablar de Irene (nombre ficticio por supuesto para respetar la confidencialidad de nuestros clientes.).
Irene, la niña hiper-impulsiva
Irene cumplirá en breve 7 años. Según me comentan sus padres tiene problemas en el cole para controlar sus impulsos, y la profesora ya les ha pedido que tomen medidas.
Su madre me describe a Irene como una niña que no para de moverse, como todos los niños, pero que sobre todo tiene crisis de enfados, e impulsos que no controla pudiendo hacer daño a sus compañeros o molestarles los suficiente como para que se enfaden.
La mamá de Irene me comenta que han ido a un psicólogo, que sus pautas les están ayudando y que la homeopatía también les está ayudando un poco. No obstante buscan otras soluciones para que cambie realmente el comportamiento de Irene.
Al venir al centro pensaron, primero en hacer Mindfulness. No resulto posible por la necesidad de implicación de toda la familia y porque Irene no deja de moverse.
A las pocas semanas volvieron hacia mi con la idea del Shiatsu.
Les explique que no sabía si iba a funcionar; les dije : "el Shiatsu relaja los adultos y baja los niveles del nervio simpático ...y debería actuar del mismo modo en Irene pero no sé que resultados obtendremos con sus impulsos."
A mi me hubiese gustado completar el Shiatsu con unos amino-ácidos para equilibrar las funciones de las hormonas y de los neurotransmisores, pero sus padres decidieron combinar homeopatía y Shiatsu.
Con un bono de 5 sesiones de Shiatsu para niños pude ver a Irene durante 2 meses.
Una niña....NO ES IRENE :-) |
Sesión 1:
Como toda sesión con niños, invito a Irene a tumbarse. No le indico como, y si no quiere tumbarse, empiezo el masaje en la postura que elige.
Irene elige tumbarse boca arriba.
Observo sus pies, su cadera...ella me observa a mi. Y empiezo el masaje con el abdomen...Ay Ay que cosquillas.
Interrumpo el masaje, la dejo moverse, retorcerse sobre el futón. Nos reímos bajo la mirada sorprendida de la mamá.
Poco a poco a su ritmo le coloco la cadera, estiro su cuerpo, lo relajo. Encuentro alguna que otra contractura típica de las personas estresadas y frustradas.
Al acabar la sesión le comento a su madre que Irene tienen mucha fuerza de voluntad y que intenta controlarse todo lo que puede. Le pido que le dejen un espacio para gritar, pegar almohadas...necesita soltar todo lo que acumula.
Al salir de la sesión Irene se pone a correr delante del local, como poseída. Su madre está asustada...habremos conseguido el efecto contrario.
Le explico que seguramente está energía es la que tenía controlada y que sale; y que lo más seguro es que esta noche duerma muy pronto y profundamente.
Al día siguiente me manda un mensaje diciéndome que efectivamente estaba muy cansada y durmió muy bien.
Sesiones 2 y 3:
Las dos sesiones posteriores transcurren de un modo parecido.
Noto que ya se han reducido los puntos de contractura. Trabajo cada vez más poca abajo llegando con más facilidad a los músculos paravertebrales, lo que permite reducir notablemente la actividad de nervio simpático (estos músculos están cerca de la columna dónde pasa la médula espinal; el sistema nervioso central).
Al cabo de estas sesiones ya ha mejorado el comportamiento de Irene.
Debido a unas vacaciones, la próxima sesión tendrá lugar en 2 semanas. Sus padres y yo estamos expectantes sobre el mantenimiento de los resultados.
Sesiones 4 y 5:
Después de las vacaciones Irene vuelve, sin gran cambio. Sigue soltando su ira o frustración de vez en cuando.
Durante el masaje de la sesión 4, noto a Irene un poco más agitada pero controla fácilmente sus agitación.
Dejamos de nuevo 2 semanas entre sesión y sesión.
Irene ya no tiene mal comportamiento en el colegio...sus padres están más tranquilos.
En la última sesión Irene sigue siendo una niña con mucha energía, muy animada, con movimientos bruscos pero han desaparecido los signos de estrés y frustración.
Los padres y profesores están satisfechos. Irene tiene su espacio para soltarse...
Yo por mi parte, estoy muy sorprendida del efecto tan beneficioso del Shiatsu para Irene.
Espero que sus padres me la traigan de vez en cuando para mantener este estado "aceptable" para todos.
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